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sábado, 23 de febrero de 2013

La Frontera de Castilla - El Fuerte de la Concepción de Fernando R. de la Flor

Debido a una próxima visita al Fuerte de la Concepción, ha llegado a mis manos este ejemplar cuya finalidad es la de darme luz sobre el enclave histórico al que se refiere, y del que poco o nada sabía, y lo que creía que sabía era erróneo en gran parte.
Destaco la gran profusión de documentos consultados por el autor en aras de corroborar y afianzar los hechos que se exponen, principamente enfocados a la construcción y posterior reconstrucción del Fuerte, además de una importante cantidad de fotografías, planos y escritos que completan la obra a la perfección. Sin embargo, pongo un pero en cuanto a la historia y usos del Fuerte, que quedan en un plano más que secundario y eran quizás lo que más me interesaba. Algo se dice del periodo de construcción de la fortaleza y las guerras con Portugal, pero se obvia todo lo referente a la Guerra de la Independencia salvo una pequeña alusión a las ocupaciones por parte de ingleses y franceses sin entrar en ningún detalle. Bien es cierto que el autor en algún momento alude como fin principal del libro el dedicarse al proceso de construcción, cosa que bien consigue, aunque según mi opinión el libro habría quedado más completo si hubiera incluido este enfoque histórico también. Igualmente se echa de menos una atención a la vida personal de los grandes impulsores del Fuerte: el Duque de Osuna en su construcción, y al ingeniero militar Pedro Moreau en su reconstrucción. El enamoramiento del enclave del primero y las idas y venidas del segundo creo que podrían aportar detalles muy interesantes a la historia del lugar.
En cuanto a mi parte, llevo años con la intención de visitar el Fuerte sin ningún éxito en la convocatoria. Me hubiera gustado verlo en su estado original, decrépito y abandonado; cubierto de zarzas y escondite de alimañas; testigo inerte de una época pasada pero reciente y ajeno a robos, expolios u otras utilidades como refugio del ganado o la cría del champiñón. Sin embargo y de forma algo surrealista, lo visitaré ahora convertido en hotel para pasar el día y la noche en su entorno, con mi imaginación enfebrecida por alusiones a salidas secretas, insignes moradores, prisioneros abandonados en las mazmorras, tesoros escondidos y visitas inesperadas. El fruto de todas estas divagaciones en próximas entregas.

martes, 12 de febrero de 2013

El Demonio de Lavapies de Pedro Herrasti

¡A todos aquellos que deseen conocer los terribles sucesos que acontecieron durante el mes de  Julio del año del Señor de 1662 en la villa y corte de Madrid, les invito a que nos presten una parte de su valioso tiempo y unas cuantas generosas monedas porque la función está a punto de empezar...!

Pedro Herrasti nos propone una entretenida y trepidante aventura en el Madrid de los Austrias plagada de asesinatos, mensajes cifrados y ambiente de imperio en decadencia. Pienso que es inevitable la comparación con las obras del Capitán Alatriste de Reverte, ya que comparten época y escenario y es fácil llevarse por alguaciles, corchetes, recuerdos de los Tercios y callejuelas madrileñas; incluso atisbo algún guiño del autor con la cita a un tal Malatesta, importador de papel genovés.
Destaco, además de la calidad de la escritura, la continua confrontación entre los dos personajes protagonistas, tan distintos y tan compenetrados a la hora de la verdad; las ordenes religiosas dominantes: jesuitas y dominicos; y sin duda alguna las diferencias entre clases sociales tan marcadas entonces como ahora. Me quedo con una frase de uno de los diálogos entre los protagonistas: "Una cosa es la ley y otra es la justicia" Una verdad como un templo que suscribe y constata hasta el malvado y misterioso demonio Peregrino... ¡Calla lengua, que te vas! 
También es muy de agradecer las notas explicativas del autor al final del libro, donde de manera magistral expone los acontecimientos y personajes históricos en los que se basa y las añadiduras de su invención que completan y componen la obra. Para los habitantes o visitantes de Madrid no estaría mal recorrer los escenarios que todavía quedan en pie y que se describen en la obra. Y no olvidar dar las gracias a Salamanca Paso a Paso por su recomendación.

domingo, 10 de febrero de 2013

Superávit de Siniestro Total

Casi treinta años contempla esta composición y que poco nos luce el pelo (a mí menos), ya que este breve y conciso manual de economía práctica sigue totalmente vigente a día de hoy, de ahí que aparezca en esta sección. No me estenderé en explicaciones porque son obvias, simplemente os dejo la letra por si queréis profundizar en su significado y escandalizaros un poco más si es todavía posible.
En cuanto a la canción, desconocía que era una versión de Van de Fruits. Tengo una cuenta pendiente con Siniestro Total para agradecerles cuántos grupos buenos descubrí gracias a sus versiones, hoy más si cabe,  ya que sigo aprendiendo de ellos. Y en cuanto al video, curioso ver a la banda en formación trío, con un desaparecido Copini que se fue a cantar aquello de Malos tiempos para la lírica, otro visionario sin duda.

Superávit, superávit
mi empresa nunca ha ido mejor
recuperé lo que invertí
el beneficio ha sido mucho mayor
Y yo veo la ruina a mi alrededor
todos en el paro
y yo me estoy forrando
yo me estoy forrando
Especulé y me arriesgué
tengo sucursales en todo el país
la inflación no me afectó
mis acciones se cotizan en Wall Street
Y yo veo la ruina a mi alrededor
todos en el paro
y yo me estoy forrando
yo me estoy forrando
Superávit
Yo empecé a trabajar
de botones en un banco
y hasta aquí he podido llegar
Superávit

viernes, 1 de febrero de 2013

The Sawyer Family - 24 Enero 2013 La Sociedad - Salamanca


Pocas son las bandas americanas que pasan por la capital de provincia en la que vivo, por lo que cuando se alinean los astros y dicha coincidencia se da no hay que desaprovecharla, aun cuando no se sepa nada de la banda en cuestión. The Sawyer Family llegaban con la etiqueta de Punkabilly y Psicobilly a sus espaldas, y con estas nos dirigimos a verlos a La Sociedad. En la previa del concierto y mientras aprovechábamos para comer algo, el Señor DGM, que me acompañaba (gracias por el video), decía que lo poco que había oído del grupo era difícil de clasificar y que era mejor que lo valorara yo mismo tras escucharlos.
The Sawyer Family es un cuarteto de Eugene (Oregon) formado por batería, dos guitarras y contrabajo. Según el Señor DGM, el simple hecho de tocar con contrabajo ya te hace ganarte el apellido de Billy, el nombre ya depende del estilo que practiques. Pues bien, comenzado el concierto y oídos varios temas, este nombre es difícil de poner. Incluso tras acabar el concierto sigue siendo difícil, porque estos chicos manejan tantos estilos entremezclándolos y dándoles distintas formas que no es fácil encasillarlos, cosa que tampoco tiene mayor interés y que parece una enfermiza obsesión en muchas ocasiones. En este caso pienso que sólo era una excusa para describir algo que desconocía y que no había escuchado nunca.
Lo primero que me llamó la atención fue que el contrabajista tocaba tanto con los dedos como con el arco, cosa que no había visto nunca, además de hacer malabarismos para tocar todos los pedales que traía. Temas que comenzaban melódicos y lentos se transformaban al aumentar la velocidad y distorsionar unas guitarras que antes sólo tocaban arpegios. Igual pasaba con la parte vocal que compartían el contrabajista y uno de los guitarras, capaces de entonar dulces y ensoñadoras letras para ponerse a gritar un segundo después. Según tocaban sus canciones, un sentimiento de oscuridad, de ambiente lúgubre y tenebroso con visos de terror y melancolía se iba haciendo presente. Me gustaría entender sus letras porque seguro que algún cabo se iba atando. Temas largos y cortos que acababan de forma abrupta, como terminó el concierto a los cuarenta y cinco minutos de empezar, cuando tras uno de los inesperados finales, los músicos se pusieron a recoger a la velocidad del rayo. El público se quedó alucinado y empezó a pedir otra, pero ellos no sabían muy bien lo que hacer hasta que Gorka, el organizador del evento, les comentó que tocaran un par de temas más.
Después del concierto, estuvimos hablando con alguno de sus miembros, que se mostraron encantados de estar en España y derrocharon amabilidad. Como anécdota, comentar que mientras hablábamos con Zac, el contrabajista, sonaba La Grange de ZZ Top en el bar, tema que parecía gustarle mucho y tras hablar de ello nos comentó que su madre había ido a la High School en Texas con el Señor Gibbons y compañía, cosas del rock and roll.
Tras el evento no puedocho, era algo tan novedoso para mí que no sabía cómo calificarlo. El Señor DGM los comparaba con otra banda que yo tampoco conocía, los Koffin Kats, aunque a otro nivel, y quizás en una nueva extensión de la música gótica. Lo mejor en casos de ignorancia extrema como la mía es ponerse a investigar un poco y he aquí lo descubierto: El primer error lo cometí yo relacionando su nombre con Tom Sawyer, que era el único Sawyer que conocía. Pues todo lo contrario, la familia Sawyer la componen los cruentos personajes de la Matanza de Tex decir que me gustaran pero tampoco que me disgustaran. Como he dias (ya vamos atando hilos sobre el sonido oscuro de la banda), y su logo no podría ser otro que una rueda dentada ensangrentada. Lo que sí puedo decir es que son unos instrumentistas consumados y que se están trabajando su carrera. Desde este humilde lugar les damos la bienvenida ahora que ya los conocemos, deseándoles la mayor de las suertes en su futuro y que nos veamos a ver el próximo año como así tienen planeado. 

Más información en www.sawyerfamilymusic.com