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martes, 27 de noviembre de 2012

The Chris Robinson Brotherhood: Big Moon Ritual y The Magic Door.

Año prolífico este 2012 para la hermandad del Señor Chris Robinson y su voz de cuervo negro. ¿Será quizás por los acontecimientos que vendrán en menos de un mes? Pero dejemos a un lado nuestro negro futuro para disfrutar de un buen puñado de canciones que nos alegrarán el alma, abriendo nuestros espíritus a nuevas experiencias sonoras sin necesidad de utilizar "sustancias añadidas" para tal fin.
Empezando por Big Moon Ritual, nos topamos con canciones muy largas que van desde los siete a los doce minutos de duración. Aviso que no es disco para una sola sesión, hay que escucharlo un par de veces con atención y en el ambiente adecuado para saborearlo y sacarle todo el partido que lleva dentro. La conocida voz de Chris nos sirve de anfitrión para entrar en el ritual, donde las guitarras de Neal Casal (me recuerdan un montón a los Television), las melodías oníricas del otro cuervo negro Adam MacDougall al teclado, el bajo con toques reggae de Mark "Muddy" Dutton y los ritmos de George Sluppick nos harán elevarnos más de una vez durante sus interpretaciones. ¡Qué pedazo de banda señores! Según voy escuchando el disco mis pelos se erizan cada dos por tres y cada canción que pasa me gusta más. Por elegir un tema me quedo con Tomorrow Blues, aunque podría haber sido cualquiera la agraciada.
Y después del ritual abrimos The Magic Door. Comienza con Let's go, Let's go, Let´s go, un cañón que podría haber sido firmada por la Creedence y nadie habría notado la diferencia. Aquí las canciones son más cortas exceptuando Vibration & Light Suite, una empanada psicodélica de estilo disco-funk-galáctico de catorce minutos de duración y que es la única que se hace un poco pesada. Nos encontramos con Appaloosa, una vieja conocida del último trabajo de los Black Crowes y tres versiones: Blue Suede Shoes, Girl I love you y Bright Lights Big City. Muy buena versión de la archiconocida por ser interpretada por Elvis y mucho mejor la de Jimmy Reed.
Un consejo les doy señores: si quieren volar, evadirse, olvidar la crisis y todo ello sin dejarse la salud por consumir lo que no deben, únanse a la hermandad y acompañen a Chris Robinson y a su banda en este sugerente y agradable viaje sonoro. Por cierto, alucinantes los diseños de cartelería de la banda, no he podido la resistir la tentación de incluir unos cuantos.


1 comentario:

Aprieta la tecla, que no da calambre.