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martes, 14 de agosto de 2012

Viaje por la España Mágica del Profesor Pumpernickel y su ayudante Juanito de Jesús Callejo y Tomás Hijo.

Los autores de esta curiosa obra son de sobra conocidos en este blog: Jesús Callejo formó parte de las míticas Cuatro Ces en la Rosa de los Vientos de mi admirado Juan Antonio Cebrián, junto a Carlos Canales y Bruno Cardeñosa que a la postre tomaría el timón dejado por el capitán. Aparte de esto, he leído obras suyas en la época antebloguiana como las dedicadas a duendes, hadas y otras criaturas mágicas que recorren la geografía peninsular, además de otra obra dedicada a la España Mágica y escrita a medias con Javier Sierra, que también es viejo conocido del blog; Tomás Hijo visitó hace poquísimo el blog con los Cuentos sobre la Guerra de la Independencia (ver enlace), aparte de las Leyendas Salmantinas que también leí hace tiempo.
Ahora nos muestran una divertida excusa para mostrarnos misterios, o más bien curiosidades, de la geografía española. Reconozco que muchas me sonaban pero otras tantas han sido novedosas para mí. De la mano de un excéntrico panadero-inventor-investigador llamado Mathias Pumpernickel y de su avispado sobrino Juanito, recorreremos varias ciudades y parajes en busca de objetos extraños por sus poco frecuentes cualidades. También habrá sitio para probar las delicias gastronómicas de cada zona aunque al estómago del Profesor no le sienten muy bien. La verdad es que tío y sobrino forman un buen equipo que se complementa a la perfección para crear un museo de lo extraño en Laxaria, la lejana patria de Mathias. Como dicen ellos, “todos los detalles son importantes y todos los momentos son únicos”, así que viven cada descubrimiento con gran emoción y alborozo.
De todos los lugares que visitan y que no desvelaré, me quedo con la visita a Salamanca y como no, con el grato instante de recordar a Durandarte o Durendal, mítica espada que seguí durante un tiempo de la mano del caballero local Bernardo del Carpio, con el que tengo una gran cuenta pendiente que espero retomar algún día para llevar a buen término, ya que el viaje prometía. Y lo mejor de todo, aparte del buen rato pasado con su lectura, es la promesa de la continuación de sus aventuras en un futuro próximo, lo cual no me extraña porque la geografía mágica peninsular da mucho de sí.

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