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jueves, 26 de julio de 2012

Bruce J. Hawker de William Vance y Duchâteau.


Y es que no puedo ir a la biblioteca. Mira que me había juramentado para no meter material nuevo en casa y dedicarme en cuerpo y alma a la Danza de los Dragones, cuando el otro día se me presentó una buena oportunidad para echar un vistazo en la biblioteca del barrio y me dejé arrastrar por la tentación. Lo que iba a ser sólo una rápida visita se convirtió en tres ejemplares camino de casa con el consecuente acúmulo de lecturas y yo robando horas al sueño para dar salida a todas ellas.
Una de ellas ha sido la edición integral de Bruce J. Hawker, un cómic que narra las aventuras de un apuesto marino inglés allá por principios del siglo XIX. Acompañaremos a este galán, tan rubio que incluso en muchísimas ocasiones aparece con el pelo blanco, por Londres y las costas españolas de Cádiz y Galicia, en aventuras donde se nos muestra con detalle el mundo de la marinería a través de combates navales de acción trepidante cargados de expresiones y maldiciones en inglés. Es gracioso constatar la imagen que se le da al enemigo español por tierras anglosajonas: tipos rudos y machistas, con más aspecto de integrantes del ejército de Pancho Villa que español, de nombres tan típicos como Paco y Manolo que gustan de bailar flamenco y que como no, sucumbirán ante las artes militares del protagonista.
Otro aspecto muy curioso a destacar es la presencia de bellísimas señoritas alrededor de nuestro Bruce. Y es que no hay ninguna fea, da igual que pertenezca a la aristocracia o sea una pobre gitana. No sé si tiene relación con esto el hecho de que el personaje fuera creado por su autor para una revista femenina., como bien se remarca en el prólogo del libro.
En resumen, un tomo lleno de numerosos y variados personajes, que van mostrando aspectos de la vida del XIX tanto en los clubes más distinguidos de Londres, como en las tabernas de mala muerte a orillas del Támesis, aparte de alguna noción muy instructiva sobre artillería naval. Todo muy ameno y entretenido que es lo que andaba buscando, si señor.


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