Probamos por primera vez en casa esta cerveza que hemos degustado infinidad de veces en los bares. Buena compañera de viaje en las nocturnidades porque es ligera, agradable y no enturbia en demasía el estómago ni la cabeza.
Su color marrón rojizo es su seña de identidad más notoria y de ahí coge su nombre. En el vaso poca espuma pero sí se nota el gas que contiene al beberla y pasar por la garganta. Aroma suave y sabor intenso y duradero, dejando un agradable amargor en el paladar.
Aconsejan servirla bien fría y así hacemos. Un buen sucedáneo para intentar emular el pub en casa, aunque para ser sincero sabe mucho mejor allí, y sobre todo si se toma la original irlandesa.
Buena cerveza, lo que nos llega de Irlanda en ese campo suele ser calidad!!!
ResponderEliminarSaludos!!!!
¡Mu rica!
ResponderEliminar