Y continuando el completísimo fin de semana conciertero, fuimos a presentar nuestros respetos al gran Rosendo Mercado, adalid del rock de nuestro país, que nos visitaba en formato teatral. Según he leído, lo hace para aprovechar la temporada invernal, poco propicia para tocar al aire libre pasando frío.
En un improvisado recinto dentro de un pabellón, se intentó aportar el ambiente teatral delimitando un espacio con grandes telones negros y cubriendo de sillas plegables el parqué deportivo, a donde eras conducido por unas azafatas-acomodadoras. Unos cuarenta minutos duró esta disposición. Cuarenta minutos de frenazos y acelerones donde el repertorio elegido era demasiado tranquilo para los seguidores del madrileño. En cuanto sonaba una canción con un poco más de ritmo la gente se levantaba de sus asientos y salía a bailar al pasillo. "Levantáos de la silla, que somos rock and roll" gritaba algún provocador. Y cuando la actuación cogió velocidad definitivamente, el público se lanzó a los pies del escenario para disfrutar como Dios manda del rock and roll.
Dos horas de concierto in crescendo con intervalos bien diferenciados., acabando con el colofón final del Maneras de Vivir. Los asistentes, mayoritariamente cuarentones, rockeros de pura cepa, se fueron satisfechos.
Pese a todas las trabas que la organización me puso para que esta crónica llegue a vosotros, al final pudimos resarcirnos y conseguir unas cuantas fotografías y hasta un video. Y es que la estupidez de algun@s no hay quien la entienda. Podréis disfrutar de la crónica del concierto con muchos más detalles en el próximo número de Perdidos por el Mástil. Hasta allí os emplazo a finales de este mes. Prometo estar agradecido si le echáis un vistazo.
Te vamos a meter un paquete por filmar y sacar fotografías sin consentimiento.
ResponderEliminarSabemos quien eres y donde vives.
Sólo sois piratas sin escrúpulos que no respetáis los derechos de autor.
¡Soy inocente! No saco un duro de esto, sólo satisfacción personal y ganas de compartir experiencias.
ResponderEliminarPues sí, la primera parte demasiado tranquila. La gente estaba deseosa de ver al Rosendo de siempre, y cuando apareció todo cambió, la gente se entregó totalmente. Así que Rosendo la próxima vez déjate de teatros y a lo de siempre que es lo que nos gusta.
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