Mira que hemos ido veces al Festival de Blues de Béjar, pero en ninguna ocasión terció ir a la casa madre de dicho evento, que no es otra que el Bar La Alquitara. Y qué mejor excusa para desquitarse que yendo a ver una de las grandes bandas nacionales, Los Deltonos, a los que hacía un montón de años que no veía en directo. Y mereció la pena el viaje y las aventuras posteriores que acontecieron.
La banda cántabra liderada por el incombustible Hendrik Röver presentaba su nuevo trabajo "La caja de los truenos", gestado a lo Juan Palomo en sus propios estudios de Muriedas. Acudía al concierto sin haber oído ni una sola nota del disco, aunque contaba con el acertado asesoramiento del Rey del Mondongo, sabio donde los haya en estas lides y que no paraba de repetir que sonaba muy, pero que muy bien.
Y ya recogidos al calor de La Alquitara, tomamos posición en primera línea de combate para no perdernos ni un segundo de un gran concierto, donde fuimos transportados sin ningún esfuerzo hacia el oeste, unas veces a lomos de caballo y otras sobre los ejes de un trailer de gran tonelaje.
Personalmente, reconozco las canciones del anterior trabajo de la banda "Buenos Tiempos". Se corean las aventuras de Andrés Muñiz en Repartiendo (que por cierto tienen continuación en el nuevo trabajo) o el himno que aparece en la genial Discotheque Breakdown, acompañadas de otras más íntimas como Yo puedo sacarte de aquí (si quieres).
Es ya conocida de sobra la habilidad de Hendrik con la guitarra, que acompañada de su particular voz le hacen inconfundible para nuestros oídos. Compañeros de lujo le secundan: Fernando Macaya a la guitarra (y no es manco tampoco), Pablo Z al bajo totalmente entregado e Iñaki García a la batería. Tienen la habilidad de combinar sonidos íntimos cuasi armónicos, perfectos para escuchar al calor de la chimenea, con ritmos endiablados y turbadores como si un potro desbocado te llevara directo al infierno.
Al finalizar el evento, nos hicimos con el nuevo disco y una camiseta conmemorativa, no sin antes hacernos una instantánea de recuerdo con Hendrik, muy amable y cercano en todo momento. Y de vuelta a casa un par de incidentes marcaron una noche donde la luna podría haber participado como protagonista en cualquier película de terror...
Mientras escuchábamos en el coche La caja de los truenos, un zorro se nos cruzó en la carretera y a punto estuvo de pasar el umbral de la muerte, lo que sí está claro es que vio la luz al final del túnel. Y para finalizar y a escasos metros de nuestra morada, las Fuerzas de Seguridad del Estado nos dieron el alto y nos registraron de arriba abajo, perros incluídos. Pero como somos unos chicos muy legales (je, je, je) todo estuvo en orden y nos pudimos ir a casita a descansar repitiendo en nuestra cabeza un estribillo Deltoniano que describe a la perfección nuestra manera de pensar:
Mientras escuchábamos en el coche La caja de los truenos, un zorro se nos cruzó en la carretera y a punto estuvo de pasar el umbral de la muerte, lo que sí está claro es que vio la luz al final del túnel. Y para finalizar y a escasos metros de nuestra morada, las Fuerzas de Seguridad del Estado nos dieron el alto y nos registraron de arriba abajo, perros incluídos. Pero como somos unos chicos muy legales (je, je, je) todo estuvo en orden y nos pudimos ir a casita a descansar repitiendo en nuestra cabeza un estribillo Deltoniano que describe a la perfección nuestra manera de pensar:
"Dame un porche mirando al mar,
una guitarra y una canción,
una cerveza y rock and roll
y no me veis el pelo más por aquí."
Y para que quede buena cuenta de nuestro viaje, os dejo un video cortesía del Señor DGM con tres temas de la velada.
Suena todo muy bien, excepto por los señores de la ley, cuya presencia en la carretera siempre es sinónimo de entretenimiento.
ResponderEliminarSaludazos, nos vemos pronto!
poca cosa había escuchado del grupo pero tras el concierto han quedado muchas ganas de volver.
ResponderEliminarsiempre contaremos con nuestros amigos verdes para cuidarnos ;)))
salud!!!!.
Teníamos que haberles cantado eso de:
ResponderEliminar"No me detenga señor agente,
que no he ido nunca a más de 120,
no me detenga por favor,
que ya estoy de bastante mal humor"
:D
Un auténtico placer, como siempre, Mr. Gibson
El can de las fuerzas del orden le olía a más de uno las bolas con curiosidad sospechosa jajajaja
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