Páginas

jueves, 15 de diciembre de 2011

El Temor de un Hombre Sabio de Patrick Rothfuss.

Terminada la lectura de esta inmensa novela, tanto por tamaño como por la calidad del contenido, recuerdo como antes de leerla tenía varios temores que no son, como en el caso que nos ocupa, los de un hombre sabio.
El primero era no tanto el número de páginas de la obra como el tiempo que dedicaría a leerla, ya que este es el bien más escaso que preciso en mi día a día. Este temor se diluyó allá por la página 46, cuando me di cuenta que sería capaz de leerla del tirón si de mí dependiera, arrastrado por una narración ágil y unos largos y amenos diálogos que me catapultaban a toda velocidad página tras página.
El segundo temor era el hecho de que no recordaba muy bien la primera parte de la novela, leída dos años atrás, y temía no seguir bien la nueva trama. Sin embargo, al ir leyendo, los nombres de los personajes y los escenarios reflejados fueron refrescando mi memoria y olvidando este problema. Para ser sincero también conté con la sugerente ayuda de Mrs. Gibson, que leía en estos momentos El Nombre del Viento y cuyos oportunos comentarios me fueron muy útiles en mi lectura.
Así pues, las más de mil páginas de este libro han sido para mí un refugio placentero donde cobijarme tras el rutinario día a día durante las últimas semanas. Y al terminar me dejan un pellizco en el estómago y el corazón encogido porque la leyenda del inteligente músico mago Kvothe no acaba aquí, falta todavía una noche por pasar en la posada Roca de Guía y quién sabe cuantas más aventuras después, y no estoy seguro de si quiero que esto acabe o no...
 Kvothe es un personaje que no te deja impasible. Igual que ha sido bendecido con numerosas habilidades, también parece que una nube negra o una mala estrella campen siempre sobre él. No es extraño verle en dificultades y cuando parece que enlaza una buena racha en su vida, pronto esta desaparece como un espejismo, muchas veces por su fuerte personalidad Edena Ruh que impide que su boca permanezca cerrada en diversas situaciones. Pero sin duda lo que más me gusta de él es su afán por aprender y aprender: sus estudios en la Universidad, nuevos idiomas o formas de lucha y otras cosas más agradables que le sean útiles cuando llegue su momento.
Patrick Rothfuss es un gran narrador, sabe mantenerte en vilo en un pasaje sin que seas capaz de adivinar por qué derroteros se va a producir el desenlace, no es nada predecible y siempre te queda la duda de cómo acabará la situación, si para bien o para mal del personaje. Hay páginas enteras de poesía en prosa, donde nuestros ojos se deslizan entre las palabras como agua que busca libertad entre las rocas en época de deshielo, flotando con suavidad, haciéndonos suspirar y exclamar ¡qué bueno es esto que leo!
Por ponerle un pero, seleccionar un pasaje allá por la mitad del libro donde se pone demasiado meloso describiendo la extraña relación entre Kvothe y Denna. Pero me da igual porque estoy tranquilo, ya sé a qué debe temer un hombre sabio.

3 comentarios:

  1. Estoy leyéndome por segunda vez este libro. En principio porque me duró solo seis días, y segundo porque me encanta releerme los libros para captar esos detalles que se escapan cuando no conoces el libro entero. Y por supuesto por el placer de leer.

    Hace un tiempo que leo tu blog y no solo he descubierto fabulosas cervezas, sino que además, he descubierto increíbles libros, como los de Blacksad. Por eso mismo quería recomendarte los comics de The Sandman, de Neil Gaiman. Si es que no los conoces ya.

    Un caluroso saludo desde la fría Cantabria.

    ResponderEliminar
  2. Encantado de conocerte y encantado también de que te guste el blog (y las cervezas).
    Si te lees este libro dos veces es que te ha gustado mucho, como ha sido mi caso.
    Te visitaré en Alfa Centauro. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Ah... y me apunto a Neil Gaiman para el futuro.

    ResponderEliminar

Aprieta la tecla, que no da calambre.