Hoy degustamos esta variedad directamente importada de Francia. Nos encontramos con la denominada cerveza blanca, mucho más clara y suave que las rubias del día a día. Su sabor me recuerda a un lugar intemedio entre la deliciosa Hoegaarden y la refrescante Coronita.
Con un color amarillo apagado y un sabor fresco y suave evoca al verano, a la vacación, al asueto... en definitiva al tiempo libre entre amigos disfrutando del buen tiempo, cosa que se agradece en las oscuras tardes de Noviembre. Bautizada con este nombre en honor a la montaña de los Alpes de la fronteriza región de Savoya, teniendo este origen no podía tener otro sabor que el refrescante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aprieta la tecla, que no da calambre.