Tras leer La Sospecha (ver enlace) y gustarme tanto, decidí leer algo más de este autor y aquí está la prueba.
Sabía por mis tiempos de Hazañas Bélicas que la camadería nacida en los campos de batalla gozaba de una gran fuerza y perdurabilidad en el tiempo. Lo que no sabía era que la adquirida en las calles era también de su misma condición. Después, cuando la vida se hace más sosegada, ésta se encarga de dirigir a cada uno por caminos diferentes y muy de vez en cuando, cuando juega el travieso destino, los vuelve a unir de nuevo en condiciones harto distintas.
Si bien La Sospecha mostraba el poder nazi incluso después de la caída del Tercer Reich, en 1928 nos encontramos con un terror naciente que acabará por explotar con crueldad en los años siguientes. Con un comienzo en el que cuesta un poco hacerse con los personajes, 1928 no posee una acción tan trepidante como La Sospecha, aunque si guarda alguna relación en su desarrollo. A pesar de que sólo un año separa la publicación de ambas obras, los dibujos no son tan brillantes y detallados en 1928 como en su sucesora. Lo que desconozco es el año de creación de las obras y que sí nos podría dar alguna pista más.
De todas formas me sigue gustando mucho este autor y su temática, y no dudaré en echarle el guante a toda obra suya que se cruce en mi camino.
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