Detrás de un título correcto, pero que lleva al despiste, se esconde esta magnífica joya de la literatura. En apenas unas horas he dado cuenta de tan sabroso y delicado bocado. Parece mentira que en ciento treinta páginas puedan caber tantas historias, sentimientos y moralejas juntas.
Un viaje a la Amazonía profunda donde presente y pasado, civilización moderna y sabiduria ancestral luchan por sobrevivir unas e imponerse otras, siempre con el ojo vigilante de la vida salvaje y desconocida que los rodea.
Fue como volver a casa después de largo tiempo. Allí me esperaban los indios shuar, famosos reductores de cabezas y los jíbaros corrompidos por el alcohol del hombre blanco, la ayahuasca y su poder estimulante sobre la mente y las serpientes y tigrillos que me hicieron recordar miedos eternos.
No leía novela sudamericana desde García Márquez y Vargas Llosa. Ahora me doy cuenta de lo mucho que echaba de menos sus dichos y expresiones y su manera de ver la vida, tan cercana y lejana a la vez de la nuestra. Puede que me anime a volver por aquellas tierras tan misteriosas y encantadoras, eso sí, siempre acompañado de un traguito de Frontera. Y por supuesto compartirlo con Mrs. Gibson por su gran recomendación ;-).
No tiene nada que ver con el post, sólo pasaba por aquí para decir:
ResponderEliminarFELIZ AÑO, MR Y MRS GIBSON!
Mis mejores deseos para el 2010!
Un abrazo
Aprovecho también para felicitaros las Fiestas a todos, espero que nos veamos para brindar por el nuevo año.
ResponderEliminarEn cuanto a este libro, fue elegido un poco al azar en la Feria del libro y fue una gran compra. Una buena dosis de sentido del humor en un libro de pocas páginas pero con un gran contenido.
Muy recomendable.
Holita, pues yo éste libro lo leí hace muchos años y entonces no lo entendí, debí de releerlo después, ya más mayorcita. Estoy de acuerdo con el blogero y me parece que añade una nueva entrada dentro de los géneros literarios que se recomiendan por aquí.
ResponderEliminarUn saludo, Mr.Gibson.
Misserre.