
Bailaron cumbias y pasodobles embelesados con las luces del escenario pero lo que más les gustó fueron los corridos mexicanos. Tras pasar un buen rato decidieron volver al corral y darles envidia a los demás miembros de la manada que no se atrevieron a cruzar el límite.
Compañeros, hay veces en la vida que hay que arriesgarse.
Compañeros, hay veces en la vida que hay que arriesgarse.
Bailar, bailar, bailaron poco que yo los ví...
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