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lunes, 5 de enero de 2009

Llegó la hora de la verdad (o el mito del roscón).


Sí, sí. Ya no valen arrepentimientos ni miradas atrás. A lo hecho pecho berberecho. El que haya sido bueno recibirá su premio en forma de multitud de regalos, y el que haya sido un malo malísimo que cargue con su conciencia y unos kilos de carbón.

Y después a celebrarlo con un buen roscón, y que te toque una sorpresa decente y no un perro de porcelana, un llavero del mundial 82 o un anillo de latón con un diamante de plástico. Y esos de las pastelerías que ponen en el escaparate billetes de 100, 200 ó 500 euros, vamos no se lo creen ni ellos, eso no existe, es un mito. ¿O acaso conoceis a alguien que le haya tocado alguna vez un billete? Vamos, no he visto yo ni una moneda de cinco duros, vaya morro.

2 comentarios:

  1. Pues por aquí los roscones tienen un rey y un haba, al que le toca el rey le acompaña la buena dicha y al que le sale el haba la caga, A PAGAR EL ROSCON.
    Amunt Valencia (no soy FAM), es que todo se pega.

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  2. Acabo de recibir la noticia de fuentes fiables, de que a alguien le tocaron los 500 euros en un roscón de tamaño descomunal que costó unos 60. Se ve que favorecen al que más apoquina.

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