Las letras se unen formando palabras, las palabras frases y la narración da fuerzas y revive a la vieja Marianne, que lleva esperando siglos para vengarse de los descendientes de los que la encerraron. Sólo su herramienta puede darle vida, sólo su herramienta puede darle muerte, o eso al menos dice la teoría, pues la práctica nunca es fácil. ¿Y no dicen eso de que la letra con sangre entra? De lo único que no puede escapar es de la pregunta de su nombre.
Reconozco que no sirvo como referencia para definir un nivel de terror, ya que llevo muchos años lejos de la primera linea de fuego y sólo me acerco al frente en contadas ocasiones. Por esto, quizás mi opinión sobre esta serie no concuerde con la de otros que ya la han visto, lo cual no importa mucho porque es sólo otra opinión.
Y es que Marianne maneja el tiempo a su antojo, lo enlentece para tenerte en tensión y darte el susto cuando ella quiera, valiéndose de instrumentos cotidianos; y lo acelera para llevarte a otra situación estresante, no sin antes haberte tomado el pelo con algún detalle cómico que te haga confiarte y bajar la guardia para convertirte en una presa fácil para sus malvados propósitos.
En resumen, lo he pasado bien pasándolo mal y no niego que alguna noche me he acordado de ella y no ha sido agradable, pero ya estamos a la espera de la próxima entrega.