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sábado, 16 de junio de 2012

La Carretera de Cormac McCarthy.

Queda saldada una cuenta pendiente que tenía desde hace bastante tiempo y que había quedado olvidada en un rincón de la agenda. Desde que Lobo Eléctrico me recomendó el libro hasta que la excelente reseña de Adalides me la devolvió a la memoria ha pasado un largo trecho que ha culminado satisfactoriamente en los tres últimos días.
Porque su lectura sólo me ha llevado tres días, o más bien tres noches. De hecho, volvía cada noche a la inhóspita carretera no por masoquismo, sino quizás buscando una excusa para ver con mejores ojos la realidad que nos ha tocado vivir y darme cuenta de que todo puede ser peor.
El mundo alrededor de la carretera es frío, húmedo, oscuro y cubierto de ceniza. Se pasa hambre y se tiene miedo y hay que aprovechar la poca luz que queda para buscar alimento y esconderse del peligro para eludir la muerte o llamarla a través de un posible suicidio. La condición humana queda al descubierto mientras viajamos al sur sin mucha esperanza, mostrando aspectos tan contrarios como la crueldad o la caridad, la autodestrucción o la compasión. Nos preguntamos si Dios nos abandonó o es que simplemente nunca estuvo, olvidando el pasado para no sufrir más en el presente, bajando escalones en la pirámide de Maslow para mantener a flote las necesidades más básicas.
Mi condición de padre sin duda ha ayudado a empatizar al máximo con los protagonistas, poniéndome en su pellejo más de una vez y alegrándome de que sólo fuera en esta ficción. Las frases cortas de McCarthy son disparos directos al alma, y su encadenamiento a través de numerosas íes griegas da un ritmo trepidante a la narración tanto para bajar a los abismos como para subir a los cielos. Devorando los diálogos cortos y lúgubres entre padre e hijo, buscando respuestas donde no las hay, pero siempre de acuerdo en seguir adelante cueste lo que cueste.
Un pequeño gran libro plagado de frases y sentencias para enmarcar, donde me esperaba pasarlo mal y lo he pasado muy bien. Un afortunado primer contacto con la obra de McCarthy y que os aseguro que no será el último.

3 comentarios:

Jolan dijo...

En los tiempos que nos ha tocado vivir, a pesar del pesimismo que invade la actualidad, uno se siente hasta aliviado al ver que todo podría ser infinitamente peor, verdad? Aunque el otro día un compañero de mi trabajo decía que seguramente acabemos en algo parecido a lo de esta novela. Y lo peor es que no pude quitarle la razón...

¿Te animarás con la película?

Txema dijo...

Impactante y gran novela, sin duda.

Jejeje, Jolan, lamentablemente me temo que yo tampoco hubiese podido quitársela...

Mr. Gibson dijo...

Quizás no lleguemos a estos extremos por la via nuclear, pero el asunto de luchar por la comida no lo veo yo tan desencaminado.
La peli por ahora no va a ser posible, más que nada porque en casa estamos abonados al Clan y similares.

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